alabastro que da blancura a mi honesta negrura,
diosa premura que desunce el yugo que me ennoblece
y que a mí se manifiesta, enloquece y augura.
y es solaz la vuestra voz como lo es el aullido de los sexos,
es sin embargo otras tablas las que dan honra a mi atrezo
el cual encumbro a la fanega con que se mide para vuestros labios
mi alabanza.
pues mi contienda he aquí, en el suspiro por oíros,
en la grata compaña que en mí templa los vuestros zafiros
y por los cuales barrunto ser en vos por mis humildes versos.
que no ha de admitir réplica ni disputa este corindón presente!,
y que es por tales beldades que me jacto de parto, transcurso y muerte,
pues no ha de ser hombre sino éste que por vuestra apostura
hállese de hinojos por vuestro vientre.
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