En la hierba reposarás un día;
en la tierra derramarás tu fuerza.
Y yo estaré en el brote de la espiga
y en el rocío suave.
En la cima senil de tus montañas
tendrás acaso nieve
azotando los límites del mundo.
Y estaré allí también en ese instante.
Abrirás las ventanas a la brisa,
-un aire suave y fresco de magnolias
tu cara perfumada-
Y a la sombra del sol bajo la acacia
contemplarán tus ojos horizontes
escondidos entre inflamadas nubes.
Luego serás corriente de agua limpia,
mar de espuma rizada en tus cabellos,
jinete que galopa por el aire
sol intenso que abrasa las arenas...
Y también allí entonces
me encontrarás, amada.
en la tierra derramarás tu fuerza.
Y yo estaré en el brote de la espiga
y en el rocío suave.
En la cima senil de tus montañas
tendrás acaso nieve
azotando los límites del mundo.
Y estaré allí también en ese instante.
Abrirás las ventanas a la brisa,
-un aire suave y fresco de magnolias
tu cara perfumada-
Y a la sombra del sol bajo la acacia
contemplarán tus ojos horizontes
escondidos entre inflamadas nubes.
Luego serás corriente de agua limpia,
mar de espuma rizada en tus cabellos,
jinete que galopa por el aire
sol intenso que abrasa las arenas...
Y también allí entonces
me encontrarás, amada.
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