A veces quiero preguntarte cosas,
y me intimidas tú con la mirada,
y retorno al silencio contagiada
del tímido perfume de tus rosas.
y me intimidas tú con la mirada,
y retorno al silencio contagiada
del tímido perfume de tus rosas.
A veces quise no soñar contigo,
y cuanto más quería más soñaba,
por tus versos que yo saboreaba,
tú el rico de poemas, yo el mendigo.
Pero yo no adivino lo que invento,
y nunca inventaré lo que adivino
del nombre esclavo de mi pensamiento.
Adivino que no soy tu contento,
que a veces me recuerdas, imagino,
y al írtelo a decir mi voz no siento.
2 comentarios:
´Me encantó llegar a este espacio tuyo pues encontré alguna poesía que desconocía.
Un gusto pasear por aqui
Saludos
pues a veces es necesario preguntarnos cosas para hallar respuestas a esas dudas que tenemos!
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