Duele la noche, enraizada,
sobre la orfandad de tu piel.
El tacto acallado de las manos
restaña, uno a uno,
el himen de los sueños no vividos.
Luego, despiadado,
el día traerá esa luz que delata
la soledad genital
de unas caricias marchitas.
http://lasformasveladasdelagua.blogspot.com/
martes, 6 de abril de 2010
Caricias marchitas (Javier- Las formas veladas)
Etiquetas: Javier- Las formas veladas
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