En tu plácido blanco eléctrico,
entre el reguero de sombras,
claros tenues y oscuros difusos,
allí yacía la estrella cansada.
Moribunda de la noche adormecida,
sofocada por todos los sueños
que la humanidad te soñó despierta,
ahogada en la prima penumbra del alba.
Déjame mecerte y decirte una nana
la última de todas las cunas
serán mis lánguidas palabras.
Duerme, estrella. Mi alma será tu llama.
Duerme, estrella. Duerme.
http://zenyza.blogspot.com/
domingo, 2 de mayo de 2010
Nana para una estrella (Zen y Za)
Etiquetas: Zen y Za
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