Extenuado sin respiración
me duele el corazón de tanto amarte.
Tus latidos se convierten en prisión
y los míos proponen encerrarte;
Tu palabra cuan rugido de león
y la mía incapaz de devorarte.
Abatido, lleno de frustración,
delira el corazón por no atraparte.
(Duele tanto el corazón,
y tanto puedo amarte,
que puedo perder la razón
y olvidar como olvidarte)
me duele el corazón de tanto amarte.
Tus latidos se convierten en prisión
y los míos proponen encerrarte;
Tu palabra cuan rugido de león
y la mía incapaz de devorarte.
Abatido, lleno de frustración,
delira el corazón por no atraparte.
(Duele tanto el corazón,
y tanto puedo amarte,
que puedo perder la razón
y olvidar como olvidarte)
Del libro "Discípulo en cursiva"
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