jueves, 2 de enero de 2014

Por el río Tamesis (Jorge Girbau Bustos)

POR EL RIO TÁMESIS

En el río Támesis
dejamos nuestras paradas de metro londinense
entre las aguas de los deseos.
...
En el río Támesis
dejamos parte de nosotros

debajo del puente de Londres.

Buscamos las frases de Shakespeare
en el escenario de un teatro viejo
donde los actores eran espectros
de personajes que deambulan
entre el honor y el amor.

Creamos nuestro propio Támesis
de aguas verdes y esperanzas
y mientras lo veíamos más nos queríamos…

Pero sabíamos que teníamos un final
para la ciudad mágica,

cerrando los ojos todavía estoy contigo
perdiéndome en un idioma extraño
con pensamientos de otro país
que enseguida dejó de ser lejano.

Y así fue el Támesis
para tus ojos y mi corazón
algo que sólo lo sabe el suelo

y nuestros zapatos cansados.

Y así fue nuestro río
lleno de todo y sin nada
en los bolsillos,
quizás fue muy romántico
cuando nos veía cogidos de la mano…

Quizás el cielo nos mendigaba
pero este rezo no te hace justicia
porque la verdadera justicia
vive debajo de tus pupilas.

En ese lugar las almas son de sal
y te sientes invadido por las curvas
de su cauce que te enseñan
tu diminuta vida en un espejo redondo.

Sólo tú sabes de lo que hablo
ese mes de julio siempre será una miga
en mi tacto de tres dedos.

Río Támesis… Ahora te puedo llamar
por teléfono porque sé que me responderá
un amigo que cuida de su naturaleza.

Naturaleza de sus edificios
mientras gira una noria
y el hermoso Big Ben

siempre habla y nos espera
en cualquier julio.

Su olor es de nubes
mientras el Támesis se moja los pies
con el reflejo de alguna tormenta de verano.

Y las aves se posan haciendo preguntas
tal vez ahí se dan cuenta
de que hace siglos hubo otras, descendientes
de los cielos.

Y tú y yo mirábamos con curiosidad
aquel lugar del mundo
en el que se ocultan ironías y amores
bajo la voz del río Támesis.

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